Cada vez parece más evidente que no solo que se hereda el DNA (código genético) de nuestros padres, sino que también se pueden heredar determinadas “instrucciones” que determinan qué genes se expresan y cuales no. El estudio de estas modificaciones hereditarias de la expresión de genes, no en su mutación, se conoce como la epigenética.

Las vivencias y los hábitos alimentarios antes de concebir modifican la expresión del DNA del óvulo y el espermatozoide y repercutirán en la vida de sus hijos, influyendo en su salud, en el carácter y en la capacidad de adaptación a su entorno. Puede mantenerse con facilidad 3 generaciones posteriores, es lo que se conoce Epigenética transgeneracional.

Muchas hábitos que se mantienen durante más de varios meses antes de concebir un bebe pueden impactar en el futuro desarrollo del niño. Nunca lo hubiéramos pensado, pero es así. Estar contento o enfadado, vivir estresado, llevar una alimentación desequilibrada, la edad de los padres, tener obesidad, o ser fumador son solo algunos de los factores que influyen en las “marcas” ambientales que se transmiten al embrión.

Concebir es mucho más que la unión del DNA de un óvulo y un espermatozoide. Se transmite la forma de vida a la que se han adaptado nuestros padres. Siempre pensamos que cuando se produce la fecundación se crea una nueva vida que comienza de cero…pero no es cierto. Problemas de salud como diabetes, problemas cardiovasculares, alteraciones del sistema inmunológico pueden comenzar a gestarse en los padres según sus estilos de vida. Es como si nuestros hijos siguieran viviendo nuestra película… es como si parte de nosotros viajara al futuro para adelantarse a lo que les espera…

Y realmente es así. No podemos olvidar que las especies que sobreviven son las que mejor y antes se adaptan a su entorno. Está claro que no podemos elegir, nacemos con esta “impronta”, venimos al mundo con una predisposición epigenética.

Hasta ahora eran solo las madres las que parecían ser las únicas responsables de que los bebes nazcan y crezcan sanos… pero vemos que hay mucho más, aunque es cierto que determinados comportamientos de la madre juegan un papel crucial en el desarrollo embrionario y neonatal que pueden acompañar al bebe hasta la edad adulta, vemos que en realidad los hábitos alimentarios positivos o negativos del futuro padre también quedan registrados en su esperma y se proyectan al niño junto con su material genético.

Pero tenemos una buena noticia, si queremos “mejorar” nuestros genes podemos hacerlo! Está en nuestras manos intentar “deshacernos” de los “genes molestos” y poner en marcha “genes aliados” de la salud en nuestros óvulos y espermatozoides que ayudarán a que nuestros hijos puedan mantener la salud física, mental y emocional e incluso el peso ideal con más facilidad durante toda su vida.

Así que papás y mamás, antes de tener niños revisad vuestros hábitos! podéis ser padres responsables mejorando en conocimientos relacionados con la alimentación y la nutrición para mantener hábitos saludables en futurlife estaremos encantados de daros los mejores conocimientos para conseguirlo. El ejercicio físico y el contacto con la naturaleza os permitirá compartir nuevas sensaciones. Vivir en entornos agradables cada uno según su situación, recuperar la ilusión y la alegría permitirá que nuestros hijos nazcan predispuestos a ser más felices y más sanos.

Solo tu decides que quieres para ti y los tuyos. Feliz semana!